PASTELERÍA TROUVÊ

Fui a Barcelona
a buscar un libro.
No lo encontraba,
así que opté
por hacer una carta.

Quería encontrar
otras entidades;
para poderlo coger,
pero no pude.
Tenía que venir
el revisor de la caldera;
así que puse
la carta en el buzón.
Y ¡ Ay de mí!
Una dulce fragancia de chocolate
nubló mis sentidos.
Entré en la tienda
deseando poder comprar
ese ingrediente 
que me hacía perder la cabeza.
Subí las escaleras
y lo vi.
Allí delante.
Como una tentación 
de mujer.
Estaba puesto con tanta delicadeza.
Habían puesto un cesto
con asas trenzadas
y un mantelito
“estilo picnic”
cubierto
en aquellos agujeros
que se veían
a la luz del sol.

También habían puesto
ése dulce
con platitos de postre a juego.
Y cubertería de plata.

Era todo curioso;
tan solo cogí
el chocolate.
Lo pagué
y me fui.

Enseguida tenía un taxi
en la puerta.
Rápidamente entré, 
como una flecha.
Recuerdo que dije que me llevaran
A la Avenida Fuego Primavera 
ciento dieciséis.

A las doce
ya estaba en casa.
Justo para que viniera
el técnico del gas.
Y todo acabó bien.
Salvo esa tarde que tenía 
una cita inesperada.
No quería ver a nadie;
quería estar sola
y ver una película
en mi propia casa. 
En aquel sofá a cuadros 
que parecía de juguete.
Tenía una mesa de cristal, 
y puse mi tentación
delante de mis ojos.
No pude resistirme. 
Había galletas de “brownie”, 
una tarta “sacher”
y unos “carquinyolis” 
con sabor a chocolate. 
Todo,
todo era cacao.
Había cogido también tabletas.
Eran de distintos sabores 
y me los iba comiendo lentamente
viendo la película
que también trataba de cacao.
Pero era de plantación.
Estaba viendo “Cuando ruge la marabunta”.
Era para mí una cosa bárbara.
Aún siendo mujer, 
me volvía loca. 
Esa fragancia dulce. 
que me impregnaba la piel
como un fruto prohibido
y afrodisíaco 
que te hace excitar de una manera
poderosa.
Y que te hace relamer.

Quiero chocolate. 
Y quiero más.
Pero quiero del negro.
Que me afruta mis carnes. 
Y notando mi lengua
con ese sabor amargo.

Quiero chocolate.
Ese dulzor endiablado 
que me embriaga. 
Su esencia, 
su poder, 
que hace tentar 
a hombres y mujeres. 
Con ese olor
celestial.

Propongo que vayamos de nuevo
a la Calle Montalbán Blake 124. 
Allí está la Pastelería Trouvê.
No sabréis que coger 
porque tienen de todo:
pasteles, tartas, “brioche”, 
frutas bañadas en chocolate al baño María, 
ensaimadas, “croissants”, torteles…
Era un manjar 
a nuestras vistas. 
Una “delicatesen”
que te hace envolver… 
en un simple beso.

Redactora i poeta: “Passió i cor són les dues qualitats amb les que podem fer que Èxit21 sigui gran. És una porta oberta a la filosofia. Per això visc amb tanta intensitat aquest racó. Perquè em fa pensar, recordar i sentir”.

Bea Ruiz és autora de tres llibres de poemes. I recentment ha publicat el seu darrer llibre amb l'Editorial Talents de la Fundació Catalana Síndrome de Down (FCSD): "Un portal a la fantasía": https://fcsd.org/ca/producte/un-portal-a-la-fantasia

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