Desde el momento que nacemos hasta llegar a la vida adulta, en nuestro interior nace también un único sentimiento universal. Aquel que es tan puro y a la vez verdadero, el que nos enseña a amar de muchas maneras y a toda clase de personas cercanas a nosotros.
Ese sentimiento al que nos referimos es el amor. Es el que fundamentalmente compartimos con la familia y con aquellas amistades que vamos conociendo con el paso del tiempo. Además, también los compartimos con aquella persona que amamos y a la vez, quizás, pasaremos el resto de nuestra vida.
Si en algo estaremos de acuerdo, es que el amor es el motor de la vida, aquel que nos va marcando el camino que nos va poniendo a nuestros seres queridos en nuestro destino.
Con amor sí hay paraíso
Como ya hemos dicho antes, el amor te enseña a amar de muchas formas pero para ello hay que aprender a amar.
Así pues, como nadie nace sabiéndolo todo sobre las artes amatorias y se requiere su proceso, es fundamental una enseñanza específica.
Vida y amor, unidos por un hilo
Tanto la vida como el amor van unidos como si les uniese un hilo conductor, o bien dicho de otra manera, como si fuesen almas gemelas.
Tanto una como la otra tienen una única finalidad: hacer que aquellas personas que aman sean amadas a su vez. Que todos aquellos corazones solitarios encuentren a alguien con quien compartir todo ese amor de su interior.
De esa manera, hacer este mundo mucho más feliz y que la vieja escuela de la vida siga enseñando a todo aquel que lo necesite. Pero sobre todo, hacer que el motor que mueve el amor no se pare nunca.
Redactor. “ÈXIT21 hará que nos conozcan un poco más para que, antes de juzgarnos, sepan algo más de nosotros. Si no, nos discriminan por una cosa u otra. Antes de hablar, informarse mejor. Para mi es un medio de comunicación para ampliar mi CV periodístico”.
Francisco Marin té una novel·la en curs.
Me ha encantado, felicidades por tan buen artículo.
Waw, sin palabras genial