Cuando llega la Navidad acostumbramos verla como una festividad mágica de luz y de color, como queda patente en las calles de cualquier ciudad o pueblo. La mayoría de sus gentes visten sus mejores galas en torno a una mesa.
Hoy en día nos quieren vender que Papa Noel es invento de la Coca Cola. Con el pretexto bíblico de que los Reyes Magos ofrecieron presentes al Niño Jesús, los grandes comercios nos arrastran a un consumismo ilusionante.
Así pues, cada vez está más que demostrado que estamos acabando con el espíritu navideño, que nos remite a la emoción de cuando éramos pequeños. Sin darnos cuenta estamos perdiendo a aquel niño o niña que llevamos dentro de cada uno de nosotros.
Espíritu perdido
Ante este panorama actual, nos vemos obligados a mirar atrás en el tiempo, a las Navidades vividas por nuestros padres y abuelos para darnos cuenta de que aquellas fiestas se disfrutaban mil veces mejor.
la magia de estas fiestas tan señaladas se compartía con amigos y familiares. En la mirada de aquellos niños, hoy adultos, se podía sentir todo un mundo de ilusión.
Lo que ahora son simples recuerdos, en su día fueron vivencias intensas, y es lo que ahora nos embargan en la nostalgia.
Cualquier Navidad pasada fue mejor
Si tuviera que escoger entre las Navidades pasadas y las actuales, me decantaría por las de nuestros padres y abuelos.
El espíritu de las Navidad a la que hacemos referencia queda plasmado en la ficción a través de películas como “Qué bello es vivir” o “La gran familia”.
Podrían llamarme nostálgico o incluso utilizar el apelativo “freaky”, pero sinceramente yo me quedo con aquellas fiestas navideñas reflejadas en las películas anteriormente mencionadas. Bajo mi punto de vista, los verdaderos valores de esos días tan señalados son aquellos que nos transportan a los tiempos pasados. Este motivo me lleva a brindar por las navidades de toda la vida.
Redactor. “ÈXIT21 hará que nos conozcan un poco más para que, antes de juzgarnos, sepan algo más de nosotros. Si no, nos discriminan por una cosa u otra. Antes de hablar, informarse mejor. Para mi es un medio de comunicación para ampliar mi CV periodístico”.
Francisco Marin té una novel·la en curs.