El Real Madrid de Ancelotti se ha plantado en la final de la Champions en París tras haber hecho posible lo que realmente parecía imposible: una épica remontada frente al Manchester City de Guardiola, poniendo un 3-1 en el marcador y a su vez, un 6-5 en el resultado global.
Dicha remontada tardaría en producirse, ya que los goles no llegaron hasta la segunda mitad. Hasta entonces durante los primeros 45 minutos sería un mano a mano entre el conjunto merengue y los ingleses con varias ocasiones para ambos.
El primero en adelantarse sería el cuadro de Pep Guardiola con el gol a cargo de Mahrez en el minuto 73. Llegados al minuto 90, Rodrygo se volvió a sacar otro “doblete” de la manga para forzar la prórroga. Y finalmente, Benzema puso la guinda desde los once metros en el 95.
Madrid sigue de fiesta
Conseguida la proeza al finalizar la contienda, la capital madrileña volvió a teñirse de blanco. Seguramente lanzaron los cohetes antes de tiempo, pero eso sí, ya saben que la esperanza es lo último que se pierde; y la ilusión del aficionado merengue que no se la quite nadie.
A todo esto, la diosa Cibeles será la primera que estará a la expectativa esperando el ansiado “doblete”: la liga, ya conseguida, y ahora también la Champions.
El Barça les abrió el camino
Ciertamente, parece un tanto estrambótico, pues seguramente no es muy comprensible llegar a entender este sorprendente giro de los acontecimientos que ha protagonizado el Real Madrid en muchas de sus eliminatorias.
Es como si la goleada blaugrana en el último clásico les hubiera servido de lección de lo que no tenían que hacer para no dejarse comer terreno por parte de sus rivales más directos. Y así parece que lo hicieron.
De esa manera habrán seguido por ese buen camino que les llevó a conseguir la liga y, al tiempo, a dar el salto que les faltaba para llegar a la final de Champions. Allí les espera el Liverpool de Jürgen Klopp que quizás les acabe bajando de la nube en la que se encuentran y, de este modo, culmine la révanche tan ansiada.