Sant Jordi, una leyenda entre libros y rosas

Cuenta la leyenda, 

que en aquellas oscuras montañas

donde apenas llegaba el resplandor del Sol,

existía un fiero dragón que atemorizaba

a todo un pueblo.

A muchos de sus pastores de la zona 

les dejaba sin rebaños, 

para remediar su voraz apetito. 

Así pues y ya cansados,

de que cada día fuese igual,

pidieron audiencia a su rey 

para exponer su queja

y de esa manera

buscar alguna solución.

Tras haber deliberado

con otros reyes,

han llegado a la conclusión

de llevarle una doncella al día. 

Cuál fue su sorpresa,

cuando tocaría el turno 

a la propia hija del rey,

se llamaba Isabella. 

Sin más miramientos 

se dirigió a la cueva

en el preciso momento

que en el dragón se disponía

a degustar semejante manjar.

Apareció por sorpresa San Jordi,

con una majestuosa armadura plateada.

En su escudo se podía presenciar 

los colores de Cataluña.

Fue tal la lucha encarnizada,

hasta el punto que entre San Jordi 

y la sangre del dragón 

apareció la Rosa

y en ese momento 

la montó en su caballo,

dándose a la fuga 

y casándose en el Olimpo de los dioses.

Durante la ceremonia

le hizo entrega del libro,

así fue la historia de Sant Jordi.

Tiene su libro su amada,

tiene la Rosa su amado.

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