Mirad con los ojos abiertos
los pasajes de la montaña.
Andando vi
una casa pequeña.
Eran unos enanos, era Blancanieves.
Unos enanos que eran siete enanos.
Trabajan y hacen mucho trabajo
en la mina van picando.
Al acabar el trabajo están cansados
y van dejando el trabajo por el día siguiente.
Los enanos se sorprendieron
había alguien en la casa.
Se quedaron parados
pues alguien había hecho las tareas del hogar.
No lo hemos hecho nosotros, dijeron.
Ella fue quién había hecho esto.
Vieron que era una chica dormida.
Había siete camas para siete enanos,
ella se dio cuenta de que había los enanos.
Ya despierta dijo: no os preocupéis.
También preguntó: quién sois?
Somos enanos que vivimos en el bosque.
Cómo has venido hasta aquí?
Preguntaron los enanos.
Andando, dijo ella,
he visto una casa muy chula.
A los enanos se les puso la cara roja
y ella dijo: tranquilos no os haré daño.
Un enano preguntó: quieres ser nuestra madre?
Ella dijo que sí y esto puso contentos a los enanos.
Uno de los enanos dijo que pamplinas,
pues no quería participar.
Los otros enanos sí que participaron
con música alegre y cuentos.
Así acaba este poema.