Marco sin fin, una meta.
No da juego,
pero llevo colgado un cartel.
Corro sin más.
Paso por caminos
con unas orejas largas,
como un collar de cuentas.
Solo pienso en el pistoletazo de salida,
cuando suena el sonido de un silbato estridente.
Marco sin fin, una meta.
No tiene nada!
Es el límite donde quiero llegar
con mis bigotes de viejo.
Arrugo la nariz, miro a la meta
con una carrerilla loca de no parar.
De vez en cuando levanto la cabeza
para poder ver donde estoy.
Todavía veo la meta en la lejanía
y las patas me flaquean.
No tendría que haber comido zanahoria!
Parece una eternidad!
Y quiero llegar a la meta!
Para que me den un trofeo
y me pueda divertir.
Este es mi objetivo.
Ser el primer animal de medalla
y poder presumir.
Por eso me denominan conejo!