Estaré en tu corazón siempre,
borracha de mí,
bebida de tu sangre.
Respiraré de tu vino,
saciándome de tu piel.
Solo los tomates podrás ver.
Estaré en tu corazón siempre,
vampiro de mi amor.
Así podrè descansar en paz,
aunque tenga sed de ti.
Lo único que querré será morder
tu cuello,
para tener tu zumo
en mis labios
impregnados de rojo.
Que dulce es tu líquido dentro mío.
Parece el fuego deslizante,
recorriendo mi desnudez.
Eres mi drácula de deseo,
príncipe mío.