La danza de la inclusión

La danza ha dejado de ser sinónimo de perfección y se ha convertido en un instrumento que desprende emociones, y explica relatos con personas de todo tipo en escena. Vero Cendoya, es una coreógrafa e ilustradora, que recientemente ha estrenado en el Mercat de les Flors ‘Kebo (Mapa de la pell d’un cos)‘, una creación con intérpretes que desprenden pasión y amor por su trabajo artístico, dos de los cuales tienen síndrome de Down.

EL VALOR DE LAS CICATRICES

El espectáculo, que es la segunda parte de una trilogía, «es un homenaje a las cicatrices, a todas las experiencias vividas, aunque no sean buenas”, ha comentado la coreógrafa Vero Cendoya. En la obra hay referencias cinematográficas al manga japonés y a filmes tan diferentes como ‘Memorias de una geisha’ y ‘Kill Bill’.

Kebo es una palabra japonesa que se utiliza para definir el pincel que permite reparar fracturas de piezas cerámicas que cobran valor tras ser recompuestas, una metáfora que le sirve para poner en valor las cicatrices que visibles o no, todo ser humano adquiere a lo largo de la vida.  La compañía incluye bailarines con y sin capacidades diversas.

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