Miraré la luna
en una noche de verano,
cabalgando en silencio.
Escucharé el trote de mi caballo
como una suave gota de agua que cae.
Miraré la tela de la oscuridad,
montada,
con mi traje asalmonado.
Y al animal le encantaba
ser arrastrado por su lomo
la fina seda.
Miraré la luna
como la jinete que soy.
Todos me denominan princesa
y otras me mencionan la mujer del caballo.
Y me gusta!
Así siento que mi corazón va libre
a través del mustang.
Por tanto seré siempre la amazona
de la oscuridad.