Ni es blanco ni es negro,
es el cristal en el que cada mirada
refleja toda su belleza.
Ni calor ni frío,
es el cuerpo de cada uno
que siente un sentimiento más cálido
y a su vez, las manos de tu amada
que erizan tu piel.
Te sientes perdido en la inmensidad del firmamento,
buscando el camino, el destino, un porqué de tu existencia
o bien esa persona para compartir tu día a día y,
a su vez, darle el amor que llevas dentro.
La nostalgia de tu interior que busca un bello recuerdo,
que un día no olvidaste y te dejó marcado en el tiempo.
La necesidad de ser amado, de encontrar a tu alma gemela,
unirte con ella y conseguir la felicidad eterna.
Esa es la esencia de la vida sin tener que dar explicaciones,
darle más importancia a los pequeños detalles,
dar sin esperar nada a cambio.
Sentir, amar, vivir, compartir, enseñar, soñar,
pero sobre todo, crear ilusiones sin miramientos
y darle a nuestros semejantes todo aquello
que es lo más bello: el vivir el día a día.