Marga, secretaria de sonrisa suave,
con voz clara y acogedora,
llevas calma a cada mañana llorosa
y luz a cada tarde pesada.
Tú, amiga de mil carpetas y papeles,
con paciencia infinita y mano elegante,
encuentras respuestas en el caos del día
y abres caminos con un gesto atento.
Por los pasillos, tu eco se mueve,
con palabras dulces y el trabajo hecho,
eres la brújula, el punto de paz
que hace de la FCSD un hogar completo.
A ti, que haces del trabajo un arte,
con cuidado y cariño en cada instante,
gracias, Marga, por ser el faro,
la sonrisa que nos acompaña adelante.