El fiel compañero de la vida,
el amigo inseparable,
el colega con el que tantos recuerdos se mantienen
tanto en el tiempo como en la memoria.
Como un hermano que empieza a andar solo,
en busca de su destino
donde se empieza experimentar nuevas aventuras,
necesitado de un guía para encontrar
su mundo interior.
Vuela alto en la inmensidad del firmamento
donde amanece el sol de cada día
o incluso se refleja la bella blanca luna.
Un ligero silbido que a través del viento,
se transforma en melodía
atravesando así el silencio más intenso.
En el caminar sobre las aguas, o atravesando
la dunas del más caluroso desierto,
con la mirada perdida en el horizonte.
Buscando aquel lugar cuyo reflejo se limita
en el infinito, en la profundidad
de la amistad eterna.