Clara y María Eugenia, dos almas libres,
que entre casas hallan calma y deleite,
independientes y plenas, sin prisas,
hacen de su hogar un universo infinito.
Con pasión construyen su propio mundo,
donde cada rincón es un reflejo de quienes son.
Solas, pero juntas, con lazos de afecto,
encuentran en la libertad su mayor aliento.
Risas por la mañana, un brindis al anochecer,
compartiendo los días con alegría y paz.
En su hogar se tejen los sueños,
y la vida se llena de luz y de azul.
Que la vida les traiga brisas suaves,
días llenos de luz y armonía,
para Clara y María Eugenia, amigas y hogar,
vivir solas, sí, pero siempre en compañía.